El verderón del Himalaya
Su forma es similar a la del verderón común (14 cm de longitud), pero su pico es proporcionalmente más pequeño.
Macho: Píleo, nuca, auriculares y bigotera de color negro brillante; frente, cejas, mejillas y lados del cuello, garganta y pecho de color amarillo intenso; flancos amarillos con tonos brunos; dorso negro y verde oscuro; vientre blanco; alas y cola negras; banda alar y márgenes de la cola de color amarillo; obispillo amarillo; pico y patas de color carne.
Hembra: Parecida al macho, pero con menos lipocromos y colores más mates. El negro del píleo le llega hasta el pico.
Juveniles: Parecidos a la hembra, pero con las partes inferiores de color ocre con dibujo bruno oscuro y las partes superiores de color bruno verdoso.
Subespecie: Carduelis spinoides heinrichi.
Distribución y Hábitat
El verderón del Himalaya vive en las zonas de clima templado de Afganistán, Pakistán, sudeste de China, Tíbet, Nepal, Birmania y norte de India. No tiene una especialización territorial muy definida, por lo que frecuenta tanto los márgenes de los bosques como las zonas de cultivo. Es una especie gregaria que en otoño se reúne para formar grandes bandos que se desplazan constantemente en busca de semillas secas y plantas, tanto silvestres como cultivadas. Una de sus particularidades más notables es que muda el plumaje a mitad de la época de reproducción, entre la primera y segunda puesta.
Reproducción
La época de la reproducción se inica en febrero con la formación de las parejas y la construcción del nido. Puede suceder que en el mismo árbol se construyan varios nidos. El nido suelen colocarlo en la bifurcación de una rama, a dos o tres metros del suelo y de forma que quede bien oculto. La taza tiene una forma poco definida y está formada por hierbas en el exterior y pelusa de origen animal en el interior. Pone cuatro o cinco huevos de color azul claro y con las habituales manchas brunas en el polo ancho. Las crías nacen tras una incubación de trece días y ambos progenitores las alimentan exclusivamente con semillas tiernas. Se emancipan al cabo de cuatro o cinco semanas. En ese momento, los adultos renuevan su plumaje y se desplazan a zonas más elevadas en las que la temperatura más baja permite que aún haya suficientes semillas tiernas para alimentar a las crías de las segunda nidada de la temporada. Finalizado este proceso, emigran de nuevo hacia el sur para escapar de los rigores invernales.
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